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jueves, 13 de noviembre de 2014

TRAVESÍAS



SCOTT FITZGERALD

      Descubrir a estas alturas que la narrativa breve de Francis Scout Fitzgerald fue censurada por sus editores no añade valor alguno a su obra, se convierte en una anécdota más a toda una vida de novela. Ocho décadas después, las versiones originales de sus colecciones, mutiladas por la mano de los editores de la revista Saturday Evening Post, acaban de ser recuperadas por la editorial Cambridge University Press que inaugura una ambiciosa edición completa: Toque de diana, es la primera, publicada en 1935, muestra cómo las historias de Scott Fitzgerald eran mucho más complejas y realistas de lo que se desprendía de la versión retocada de sus editores.
      El escritor de la Era del Jazz quiso que las criaturas de sus cuentos hablaran como en la vida real, que blasfemaran o insultaran, contemplaba escenas de sexo o desnudos, y se tacharon palabras despectivas o prejuicios raciales, porque la revista consideró que semejantes matices alejarían a los lectores, y apenas interesaban. La censura era más implacable cuando uno de sus personajes quedaba envuelto en desmanes etílicos o sustancias prohibidas. Hoy podemos leer como en, “Two Wrongs”, Bill, su protagonista, es castigado por el antisemitismo hacia su mujer, o en “The Hotel Child” se evidencia la decadencia de los personajes por su abuso de las drogas y el alcohol. Según el profesor James West, el nivel de los originales está a la altura de sus grandes novelas, y escribió 178 de estas historias que vendía a publicaciones de la época como medio para subsistir a los problemas familiares, los de Zelda y los propios, perdido al final en la garras de su alcoholismo. Jamás plantó cara a quienes mutilaban sus textos que por fortuna han sobrevivido en la biblioteca de la Universidad de Princenton. 



                         Sábado, 28 de junio, 2014; pág., 8

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