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viernes, 27 de marzo de 2015

The New Yorker



B
Brevedad
            “La brevedad es hermana del talento”.
                                                     Antón Chéjov

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LA LITERATURA EN VIÑETAS
Autores, editores, lectores y libreros reflejados en una divertida mirada sobre eso que nos gusta a muchos, los libros.



The New Yorker es una revista estadounidense semanal que publica críticas, ensayos, reportajes de investigación y ficción, y se concentra preferentemente en convertirse en juez severo de la vida social de Nueva York.
Empezó a publicarse el 21 de febrero de 1925, con una tirada semanal, y ahora lo hace 47 veces al año, de las cuales, 5 son bisemanales. Fundada por Harold Ross, pretendió aportar un humor sofisticado para la revista. Junto a Raoul Fleishmann fundó la primera oficina en la 25 West 45th Street de Manhattan. Ross continuaría editando la publicación hasta su muerte en 1951. The New Yorker goza de un enorme prestigio y tiene una amplia audiencia fuera de esta ciudad debido a la calidad de sus periodistas. Es cosmopolita, y mantiene un carácter urbano acentuado por su sección “Talk of the Town”, con comentarios refrescantes sobre la vida en Nueva York, la cultura popular y las excentricidades norteamericanas, y ingenio de sus sketches y famosas viñetas.


A mediados del siglo XX popularizó el relato corto como una forma literaria. Dio a conocer el cuento Brokeback Mountain de Annie Proulx, y fue llevado al cine y premiado a lo largo de los años. Dentro de la profesión periodística, The New Yorker, disfruta de bastante reputación por tener los mejores equipos de editores y columnistas en la industria de las publicaciones.

La editorial Libros del Asteroide acaba de publicar Los libros en The New Yorker, una selección de 182 viñetas de entre las miles que el magazine de cultura y política ha publicado en relación con el mundo del libro desde su fundación hace casi noventa años.
El volumen se une a los dos que ya había publicado la editorial sobre el dinero, El dinero en The New Yorker y el trabajo La oficina en The New Yorker, y una vez más habría que señalar las características que sobresalen en esta revista, que aun mantiene su publicación en papel: su notable facilidad para captar tendencias, su capacidad para reflejar los fenómenos culturales sin caer en la tiranía de la actualidad más rabiosa y, sobre todo, como podemos ver en estas viñetas, Los libros en The New Yorker (2014), una ironía tan deslumbrante como encantadora.


El libro queda estructurado en cuatro secciones: autores, editores, lectores y libreros. Y desde estas páginas se reparte para todos: los escritores están reflejados con un ego tan subido que casi no cabe en el dibujo; los editores parecen vivir en su propia burbuja y actúan con altanería; los lectores pecan de pedantes y, en ocasiones, de estúpidos; y los libreros son esos tipos que no saben bien si hubieran querido ser autores o editores, y que no dejan de sentirse un poco fuera del mundillo del que, pese a todo, se sienten ajenos.
Abunda el sarcasmo y el cariño, y una vez leídas las viñetas observamos que los peores parados son los autores, lamentablemente, aunque es verdad que los dibujantes se ríen de ellos con cierta piedad.

Capote, Carver, Cheever, Salinger, Sontag, Updike, y los dibujantes que más se repiten, incluida esta selección son, Charles Barsotti, William Haefeli, Leo Cullum, Robert Mankoff, Michael Maslin, David Ciprés, Peter Steiner, o Robert Weber, son algunos de los nombres que sobresalen en la publicación a lo largo de los años.



La selección, magistral, por otra parte, además de la traducción, es de Miguel Aguayo y el libro, en su formato y comodidad para leerlo y conservarlo, se convierte en una auténtica pequeña joya.

V.V. A. A. Los libros en The New Yorker; traducido por Miguel Aguayo;
Barcelona, Libros del Asteroide, 2014; 192 págs.







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