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sábado, 17 de octubre de 2015

Andrés Barba



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HA DEJADO DE LLOVER



     La nueva entrega de Andrés Barba (Madrid, 1975) forma, con sus obras anteriores, una especie de puzzle que configura una mejor y más amplia visión de la narrativa del madrileño y tras, Agosto, Octubre (2010), celebraba por lectores y crítica, esta nueva obra contiene, en realidad, cuatro historias o nouvelles, que son variaciones sobre un mismo tema, el mundo de las relaciones personales, ambientadas en una geografía reconocida, la ciudad de Madrid, aunque poco importa el espacio salvo para situar esa relación que oscila entre cuestiones de paternidad, de infidelidad, la incapacidad para expresar los sentimientos o la fascinación personal, el deseo y el miedo a una posible felicidad, y además planea la sombra de la muerte que siempre forma parte la arquitectura humana en su más amplia extensión.
    Las cuatro historias de título breve, y contundente, “Paternidad”, “Astucia”, “Fidelidad” y “Compras” tejen entre sí una telaraña que se traduce en reproducir una tipología humana y unas formas de comportamiento que vienen a desarrollarse en un mismo sentido. En la primera, un afamado músico se siente incapaz de expresar sus sentimientos, incluso cuando sostiene en sus brazos el hijo que su compañera sentimental acaba de tener, pero establece a partir de ese momento una extraña relación que conlleva el alejamiento de su hijo que irá creciendo a lo largo del relato, y cuyo significado solo entiende al final del mismo; en el segundo, “Astucia” se cuenta la relación de una joven con su madre y una hermana, afincada en Londres, ajena a la situación que viven las dos primeras, siempre enzarzadas en continuos reproches que solo se ven paliados por la entrada en escena de un joven criada colombiana que rompe la monotonía de esa relación; en “Fidelidad” su personaje principal, Marina, una adolescente, consigue comprender a través de una relación propia, el secreto que esconde su padre y qué ocurre a su alrededor, el autor soslaya la crudeza y el dramatismo que encierra la historia con la delicadeza con que se cuenta este magnífico relato; la última historia, se aleja de los presupuestos anteriores, una hija y una madre pasean por las calles de la ciudad mientras compran los regalos de navidad, a la par que, cuanto más leemos, observamos el carácter inseguro de la primera, y el fuerte, dominante y triunfadora de la segunda.
       Los protagonistas de Ha dejado de llover se sienten atrapados en una vida que no les satisface, por la que siempre han sentido inseguridad y duda hasta que por fin alguien o algo les ofrece esa especie de “iluminación” para sobrevivir.










HA DEJADO DE LLOVER
Andrés Barba
Barcelona, Anagrama, 2012

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