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viernes, 17 de febrero de 2017

J. M. Coetze



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MEMORIA DE UN ESCRITOR

       Calificado de elusivo y genial J. M. Coetze (Ciudad del Cabo, Suráfrica, 1940), Premio Nobel de Literatura, 2003, realiza desde hace años una intensa labor crítica en el New York Review of Books. En Costas extrañas (2004) reunía sus críticas de 1986 a 1999, novelas y personajes inolvidables que le hicieron soñar —según Juan Bonilla—, la auténtica memoria de un escritor. Mecanismos internos. Ensayos 2000-2005 (2009) contiene, como el subtítulo sugiere, textos extremadamente extensos, aunque incorpora otros breves. Coetzee repite, en sus veintiún ensayos, esquema formal y plantea su análisis en tres planos distintos, con amplias perspectivas que subrayan una cuidada visión de algunos mitos de la literatura universal, aunque no deben esperarse grandes descubrimientos, sino anotaciones personales que fluyen con cierta claridad. El primer enfoque es descriptivo, refiere parte de la vida del escritor estudiado,  sobresale la trama del libro seleccionado que nunca suple lo escrito anteriormente sobre el texto; un segundo, quizá más crítico e incisivo, en ocasiones excesivamente detallado, obsesivo desde el punto de vista literario y poco edificante; y el último, tal vez menos afortunado para el lector español, el plano de la traducción que al autor le parece lo más interesante, motivo esencial de su examen, aunque hay que decir en favor del sudafricano que estudia la nueva versión en cuestión, y la coteja con el original para denostar o alabar exageradamente la labor traductora, siempre en habla inglesa por supuesto. En ocasiones, siendo más incisivo, contrasta palabras, parafrasea oraciones, revisa antiguos párrafos, y ensalza los recientes aciertos motivo de su reflexión.
       En Mecanismos internos existe una interrelación entre algunos autores analizados que responde, en gran medida, a ese lugar que como individuos ocuparon en la literatura. Califica a Italo Svevo, como paradigma de esos profundos dolores de cabeza sufridos por los traductores acerca del título de sus libros, Robert Walser, inventor del «sistema lápiz» o «método lápiz», implica algo más que el mero uso de ese útil de escritura, resume la obra de Robert Musil como ese registro gradual del enfrentamiento entre un hombre inteligente y la época que consideró como execrable, considera al menos interesado en el género novela al filósofo Walter Benjamin, subraya que Bruno Schulz fue el artista visual más dotado de su generación, cuyas ficciones pertenecen al mismo universo, es decir, al expresionismo o la comedia sardónica, destaca la nostalgia por el pasado perdido de Joseph Roth, su preocupación por un futuro sin hogar, núcleo de su obra, y le resulta inexplicable el interés por Sándor Márai (valorado en España) para quien resulta un simple cronista de los años 40. Nacidos en Europa, todos  padecieron los trastornos de la Primera Guerra Mundial, incluso las secuelas del nazismo, en la Segunda. Un segundo grupo, menos numeroso, convivió en ese período de crisis profunda europea: Paul Celan, Günter Grass y Hugo Claus, en los tres casos, escritura y pensamiento se unen a través de unos hilos secretos que desvela la vida de cada individuo, indica cómo escribe, incluso qué piensa, caso de Celan cuya poesía es un diálogo heideggeriano, o Grass que observa los niveles de la sociedad alemana con una agudeza extrema, con una capacidad más allá de la psique nacional, y el belga Hugo Claus, calificado como el mejor poeta político, en un sentido estricto. No menos curiosa, la turbulenta sexualidad de Walt Whitman.
       En la segunda mitad del libro, los autores estudiados desde perspectivas distintas son Graham Greene, las primeras novelas de Saul Bellow, la conjura de Philip Roth y los Nobel, García Márquez, Nadine Gordimer y V.S. Naipaul. Sorprenden sus opiniones sobre El amor en los tiempos del cólera (1985) o Memoria de mis putas tristes (2004), aunque califica a Crónica de una muerte anunciada (1981) de narración compacta y cautivante al mismo tiempo, deslumbrante clase magistral de cómo construir múltiples historias. Mecanismos internos puede resumirse como un tratado en partes de la literatura biográfica, de la imbricación de estilo y vida, y para una valoración total añade los nombres de, Beckett, Faulkner, Sebald y Miller, donde se descubren nuevos mecanismos con ánimo de aprendizaje.







J.M.Coetzee; Mecanismos internos. Ensayos 2000-2006; Barcelona, Mondadori, 2009; 322 págs.

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